 Si
sólo dispones de un día para visitar los castillos de Soria,
has llegado al lugar adecuado. En palabras del catedrático Luis Díez
del Corral, Nada hay ni hubo en la Europa del siglo X que de lejos pudiera
compararse con Gormaz. Monumento Nacional desde 1931, nos encontramos
ante uno de los grandes exponentes de la reconquista de la frontera del
Duero. La fortaleza califal de Gormaz, la más grande de Europa en
su clase, situada sobre un cerro cretácico de planta alargada
que puede verse desde muchos kilómetros de distancia en la llanura
soriana, se convirtió en el origen y bastión de numerosas
razias o ataques de las tropas musulmanas sobre las tierras cristianas del
norte del Duero. En el S. X toda esta zona estaba sometida a continuos y
feroces ataques por el dominio de la frontera del Duero. Su aspecto imponente,
capaz de albergar ejércitos y situado en la orilla norte del Duero,
suponía una amenaza constante para las repoblaciones cristianas de
esta parte de la estremadura. Así, en el Cantar del Mío Cid,
se describe como "castiello tan fuort". Esta fortaleza ha sido testigo
de personajes como Galib, Almanzor o Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid,
de la que fue alcalde en 1087.
La
fortaleza, realizada casi en su totalidad de sillares
labrados, cuenta con dos zonas diferenciadas y separadas por un foso,
hoy cubierto: el alcázar
y el recinto amurallado. En el alcázar encontraremos la torre
de Almanzor del S. X ,sala de armas y la Torre
del Homenaje,con aparejo
califal y ménsulas
califales reutilizadas, y que hace de puerta de entrada al alcázar,
una poterna
califal hacia el norte y los restos de un aljibe.
En total son siete las torres
que hay en esta parte de la fortaleza. En el recinto amurallado, de unos
1200 metros de perímetro, 446 de largo y 60 de ancho, con lienzos
de 10 metros de altura, se asentaba la tropa, las caballerizas, almacenes
y una alberca
o depósito abierto de planta cuadrada de grandes dimensiones excavada
en la roca. Cuenta con varias poternas hacia el norte, y la fabulosa puerta
califal con alfiz
o arrabá en un cuerpo formado por dos torres unidas, y con un segundo
arco interior y las dos puertas del S. XIV con sus marcas de canteros.
El
recinto termina en forma de punta siguiendo el contorno del cerro, y en
la torre trapezoidal que forma el espolón de poniente, por
la parte exterior, se pueden contemplar tres estelas
simbólicas anteriores al resto del recinto, que en alguna ocasión
se han identificado como símbolos mágicos cuya finalidad
sería ahuyentar los espíritus de la noche una vez que se
pone el Sol, precisamente por ese lado de la fortaleza. Sea como fuere,
no cabe duda que se encuentran en una situación especialmente simbólica.
En total cuenta con 26 torres, generalmente rectangulares, realizadas
en sillares a soga y tizón a bandas de tizones, siendo las de la
muralla macizas hasta el primer piso. Entre el alcázar y el recinto
amurallado se encuentran los restos de varias barreras, según Federico
Bordejé.
Asentamiento de
origen preromano, se halló una necrópolis
cercana en el paraje de La Requijada del S. IV a.C. con unas 1200 tumbas
ordenadas en 25 calles de Norte a Sur, y existen los restos de un castro
celta en la ladera sur del cerro. El nombre de Gormaz, en palabras de
Ángel
Almazán de Gracia, es de origen protohistórico, y proviene
de Vormatio/Bormatiu, derivado de la voz ligur borm/born
procedente del dios Borbo-Bormanus, divinidad de las fuentes
y manantiales termales (palabras relacionadas con el agua, como borbotón,
tendrían el mismo origen). Cerca de la fortaleza se encuentra el
paraje de Fuentes Grandes, siendo el acuífero de Gormaz el más
importante de la provincia.
La
fortaleza fue mandada reconstruir entre los años 956 a 966 (¡hace
más de mil años!) por orden del general Galib en tiempos
del califa Al-Haquem II sobre los restos de un anterior castillo cristiano
o árabe. Recordemos que la cabecera de la marca media, o frontera
media entre cristianos y árabes, pasa a Medinaceli
en el 946.
En el 975 el conde
Garci Fernández, aliado con Sancho de Pamplona y Ramiro III de
León, es incapaz de tomar el castillo tras un largo asedio y sufre
una humillante derrota al ser atacado por el ejército de Galib
que llegó al rescate. Entre 978 y 981 consigue apoderarse de Gormaz,
que volverá a recuperar Almanzor en 983. Hubo que esperar hasta
1060 para que fuera recuperada por los cristianos como consecuencia de
la expedición de Fernando I, esta vez de forma definitiva. Rodrigo
Díaz de Vivar, El Cid, recibe la villa de Gormaz en 1087. Han sido
señores de Gormaz doña Berenguela, el obispado de Osma,
Juan Hurtado de Mendoza (1395) y los marqueses de Camarasa.
La villa de Gormaz,
de menos de 24 habitantes en la actualidad, cuenta con rollo, un puente
sobre el Duero de origen romano de 18 ojos, reedificado por los árabes
y reconstruido en 1864, y la antigua iglesia, posiblemente del siglo VII
y hoy ermita de San Miguel, declarada Bien de Interés Cultural,
donde se encontró una lápida conmemorativa de la construcción
de la fortaleza, de la que queda: En el nombre de Dios Clemente y Misericordioso.
Dios bendiga a Mahoma, el Sello de los Profetas. Mandó el siervo
de Dios, al-Hakam, al-Mustansir bi-llah, Príncipe de los Creyentes
¡Dios alargue su permanencia!. De esta ermita es también
la pila bautismal que hoy se encuentra en la parroquial, extraordinaria
pieza en caliza de forma prismática cuadrangular, con una cavidad
en forma de cruz y fondo cóncavo. Y la estela que se aprecia en
uno de los sillares
del campanario .
Una
edificación de estas características, único del
S. X comparable en estilo y grandeza a la Mezquita de Córdoba,
como escribiera Gaya
Nuño, con su historia (descubierta y por descubrir), merece
de una mayor atención y cuidado. Así, algunos lienzos y
arcos han sido restaurados, pero las enormes dimensiones de esta fortaleza
obliga a inversiones difíciles de afrontar a corto plazo.
Recientemente se
han descubierto pinturas murales medievales en la Ermita de San Miguel,
a los pies del castillo, de valor y fecha similares a las de San Baudelio.
Sólo un último
consejo: no tengas prisa y déjate llevar por tu imaginación.
Escucha lo que Gormaz tiene que contarte.
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