A
la entrada del angosto valle del río Escalote, en las proximidades
de la población y sobre el cerro Melero de 1064 metros, encontramos
los restos de una atalaya que controla
la entrada al valle y comunica visualmente con la atalaya del cerro Ojaraca
en la entrada del río Bordecorex y la de Tiñón en Rello.
A medio camino entre La Riba de Escalote a Caltojar, junto a la carretera, hay un palomar que podría tratarse de una atalaya reutilizada, con muros de aproximadamente 1 metro de grosor. Comunica visualmente con la atalaya del cerro Ojaraca y su situación recuerda a la cercana atalaya situada en el fondo del valle del río Torete entre Bordecorex y Fuentegelmes.
Todas
ellas forman un conjunto de puestos de vigilancia de antiguos caminos,
usados especialmente para las incursiones militares musulmanas desde Medinaceli
durante el siglo X, según el estudio de Pilar Llul, Martínez
de Bedoya, Mario Huete y Jesús Molina.
Existe
en La Riba de Escalote uno de los pocos yacimientos arqueológicos
atribuibles a finales del Bronce de la provincia, estudiado por Jimeno
en 1981.
